Egue y Seta
Casp, 54 1º 1ª B. 08010 Barcelona
T. + 34 931 791 992
barcelona@egueyseta.com
Paseo del Prado 24, 4ºA. 28014 Madrid
T. + 34 912 999 994
madrid@egueyseta.com
Políg. Ind. Pocomaco 5º avenida-parcela E5. 15190 A Coruña
T. + 34 981 118 089
coruna@egueyseta.com
Una vez más Egue y Seta ha realizado un proyecto de interiorismo en una vivienda en Poble Nou (Barcelona) y nos lo cuentan con ese estilo propio que les caracteriza y que hemos echado de menos en algún proyecto anterior:
«Divide y vencerás» decía Julio César en Roma y lo dicen también los menos beligerantes promotores inmobiliarios en Barcelona cuando se trata de reconvertir los antiguos espacios fabriles del 22@ hacia su uso residencial.
Los edificios y naves industriales del Poble Nou ofrecen diafanidad, luminosidad y generosa ventilación en una ubicación que con el crecimiento paulatino de la ciudad va ganando centralidad. Lo único que obsta , aún hoy, a la rentabilidad máxima de sus metros cuadrados, es quizás precisamente su “exceso” en relación a los estrictamente necesarios para el desarrollo de una actividad residencial. La operación que requieren con mayor frecuencia los propietarios interesados en ofrecer estos espacios para el alquiler residencial, es por tanto, la división horizontal.
La casa que hoy nos ocupa es un caso paradigmático de la transformación inmobiliaria y urbana que viven este barrio y la ciudad. Una vivienda que hasta hace poco no lo era y que acabó convirtiéndose en tres. Un espacio en donde antes se alineaban de forma indistinta, continua y perpendicular a los grandes ventanales, mesas y compañeros de trabajo bajo vigas desnudas de hormigón y un alumbrado eléctrico uniforme; y un recinto en donde ahora se alternan, en cambio, espacios para el refugio, la intimidad y el descanso de solteros a destajo o compañeros de vida con contrato indefinido sobre camas y mesas en las que cada uno fabrica poco más que su historia personal, sus relaciones cotidianas más cercanas, sus sueños, sus pesadillas y una parte, siempre tragi-cómica, de su vida. Un recinto que como todo hogar es el escenario en donde se representa la parte menos pública de nuestra historia: Una escenografía para una obra “coral” cuya diversidad de protagonistas ( y necesidades de rentabilidad) ha (re)querido que fuese dividida, como las obras de teatro, en actos. Sobre este escenario cupieron tres.
2do acto
Desde que se fue de casa y acabó de estudiar, había vivido siempre sola y en pocos metros cuadrados. Ahora que se lo podía permitir, no quería exactamente alquilar una mansión con ala norte y sur, pero sí algo con un poco más de espacio. Era finalmente hora de dejar atrás los “tipo-estudio” típicos que la obligaban dormir en el salón, atender a todas las visitas en la cama, y a comer sobre la cocina. Su nuevo cargo, intraducible al castellano, en aquella nuevísima Start-up del 22@ le permitía toda la flexibilidad horaria que requeriría tardarse un buen rato en llegar. No obstante, vivir cerca del curro era algo que siempre vendría bien, sobre todo si la “ofi” quedaba en un barrio joven, a medio camino entre el centro de la ciudad y la playa; y estaba minado de bares con “rollito” y tiendas molonas. Se vio a sí misma, inmediatamente, surfeando los adoquines del Poble Nou sobre su “long-board” eléctrico de camino a una reunión. La imagen le gustó… Cuando lo vio anunciado, con sus metros cuadrados y su descripción, se dijo que aquellas fotos mostraban, entre otras cosas, mucho Photoshop. Al visitarlo, sin embargo, comprobó que no era para tanto y que aunque efectivamente la habitación era pequeña y estaba separada del salón, dentro de ella nunca se sentiría encerrada pues podría ver el resto del apartamento a través de una celosía de pino y un jardín interno poblado de helechos y bambú. Tres cuartos de lo mismo ocurría con el cuarto de baño: No era gigante y tampoco estaba integrado, pero la totalidad del espacio común del piso disfrutaba de la luz que entraba por la ducha gracias a una cristalera, algo indiscreta, a la que pensaba se podría acostumbrar sin problemas o, en el peor de los casos, con una veneciana que permitiese un pudor de “quita y pon”. De momento, se contentaba con la idea de ver a Fer afeitándose, a torso descubierto, desde el salón, cuando viniese a verla algún “finde” de éstos. A él también le hizo ilusión el asunto por razones similarmente voyeuristas, pero no fue esto lo único que le gustó. Tener una mesa, como dios manda, o un comedor, era algo que echaba mucho en falta. El sí que compartía piso en Londres, y a parte de los baños alfombrados, lo que más odiaba de su casa en Mile End, era tener que comer siempre en aquella “barrita” dentro de la minúscula cocina. Sin importar lo que comiera, ahí todo le sabía siempre a desayuno. La primera vez que fuese a visitarla le llevaría, por tanto, una montaña de manteles y dos vajillas completas que estrenarían invitando a alguien a cenar. Ya verían quién. Tendría que ser, sin embargo, alguien «de mucho comer» pues ella no pensaba desaprovechar aquel ventanal precioso que coronaba toda esa encimera de trabajo en madera natural y proporciones generosas. Se imaginaba sacando a cada tanto, “sorpresas” de ese refrigerador chulísimo de acero inoxidable, como la campana extractora, y por fin, de un tamaño “normal”. -Te apetece un limoncello, Papá?- se sorprendió, de pronto, a sí misma diciendo y supo inmediatamente a quiénes iba a invitar y lo que les iba a contar. Luego, seguramente, los “chicos» se echarían a reposar la comida (o más bien a ver el partido) en el sofá de rollito escandinavo de ese pequeño, pero acogedor salón, mientras ella y su madre comenzaban a imaginar el vestido, los invitados, la ceremonia o el arreglo floral. ¿Sería acaso demasiado cutre poner en la lista de bodas la última consola de videojuegos con la que se había encaprichado Fer?. Si!. Quizás, sería más acorde (o adulto) pedir una tele más grande, una colección de clásicos de la literatura, por tomos, forrados en piel o alguna obra de arte original, para decorar toda aquella estantería chapada en roble natural, sobre azulejo blanco biselado, que iba desde la mismísima entrada hasta la pared del salón. El resto, y hasta que se mudaran juntos a una casa que les permitiese procrear, tendría que caber en aquellos armarios empotrados de la habitación cuyo acabado lacado en gris antracita hacía juego con las mesitas de noche sobre las que dejaría por las noches una novela por la mitad, las lentillas, la cajita de los tapones de cera, el móvil conectado, el reloj de pulsera, algún pendiente o algún collar. Tecleando su dirección de correos y su número de contacto en el campo de petición de información del portal inmobiliario que anunciaba el piso en cuestión, se dio cuenta que en su dedo anular faltaba el muy importante anillo de compromiso. Le quitó importancia a este detalle, y sin darle más vueltas, lo reservó. No tenía problema en admitirlo: Se le iba la olla imaginando…inventándose bodas, cenas y Fernandos que bien podrían acabar siendo Pedro, Carlos o Ramón. Ella es que era definitivamente menos quisquillosa para los nombres que para las cosas o las casas…y es que un piso en donde cupieran todos sus inventos y toda su imaginación, pues bien valía la pena intentarlo.
Proyecto: Poblenou en 3 actos. 2do acto
Autor: Egue y Seta
Han participado en el proyecto: Daniel Pérez, Felipe Araujo, Gaia Trotta, Szymon Keller y Covadonga Díaz.
Ubicación: Barcelona, Poblenou.
Realización: 2017
Superficie de actuación: 46m2
Fotografía: Vicugo foto.
Revestimientos y mobiliario.
Salón. Paramentos horizontales y verticales: Microcemento imitación hormigón de Futurcret . Sofá y mesa de centro, Vivonia. Alfombra, Sukhi. Lámpara de techo Birman, Habitat . Manta y cojin modelo Squares – Cojin modelo Multicolor, Zuzunaga. Cojines, Zara Home . Estantería, diseñada a medida. Mesas de centro modelo Trio, Maison du monde . Lámpara suspendida modelo Briman, Habitat .
Cocina – comedor . Paramentos horizontales y verticales: Microcemento imitación hormigón de Futurcret . Lámpara suspendida modelo Foto, Ikea. Mesa, diseñada a medida. Alfombra, Sukhi . Menaje, Zara Home .
Habitación. Paramentos horizontales: Laminado de roble. Anticato. Paramentos verticales: Microcemento imitación hormigón de Futurcret . Laminado de roble. Anticato. Mesa auxiliar, Zara Home. Cama y lamapara flexo. Cojines, Zara Home . Manta modelo Quaternio Blue, Zuzunaga . Armario diseñado a medida.
Cuarto de baño: Paramentos horizontales: Microcemento imitación hormigón de Futurcret. Paramentos verticales: Metro tile blanco Inodoro, Roca Lavabo, Roca Grifos, Roca .
Plantas: Hans Peter.
Fuente: Egue y Seta