Hay proyectos singulares, como este proyecto de Vol Dos, en los que el discurso de los diseñadores que ha acompañado el desarrollo del proyecto es muy importante para entender el resultado. Por eso dejamos que los diseñadores nos cuenten su visión de la intervención que han realizado en este espacio convertido en hostal.

«Situada a orillas del Mediterráneo, Barcelona es una ciudad cosmopolita con gran valor cultural, importancia comercial, financiera y turística, lo que la convierte en una de las ciudades europeas más visitadas y un destino extremadamente atractivo para viajeros jóvenes.

Hay muchas formas de identificar Barcelona desde Gaudí y su trencadís hasta el horizonte de la ciudad dominado por la Sagrada Familia y la torre Agbar. En este caso, consideramos importante tener en cuenta otros aspectos más específicos como la historia del barrio en el que se ubica el proyecto que nos ocupa y que, a su vez, incluye un aspecto tan general y decisivo como la relación que ha tenido Barcelona y aun tiene con el mar. Su proximidad al mar es un hecho explotable.

Actualmente, el Poblenou se presenta como una mezcla vibrante de vida nativa, un pasado industrial convertido en lofts y espacios culturales, y con el fin de convertirse también en un epicentro artístico de vanguardia.

¿Qué elementos tenemos para contar una historia que justifique la intervención a realizar y que se diferencia del resto de hostales? Conviene por un lado tener en cuenta el mar y su proximidad y por otro lado el lugar y su historia, más aún si se tiene en cuenta que el edificio a intervenir es en lo que el ayuntamiento considera el núcleo histórico de Poblenou. También entra en juego un aliado y ese es el carácter tipológico del propio edificio.

¿Qué nos tiene que decir no solo la ciudad o el barrio, sino el propio recinto? La construcción data de 1930, aunque no hay mucha información sobre el uso original, su tipología podría darnos pistas y con cierta certeza podríamos decir que se trataba de un taller o almacén. El edificio está cerca del mar. No cualquier mar, el mar Mediterráneo.

Look and feel Por un lado tenemos el estilo industrial que se distingue por los espacios abiertos, materiales crudos y estructuras desnudas. El ladrillo y el hormigón expuestos son sus materiales fetiche, esto representa el edificio. Por otro lado, tenemos el estilo mediterráneo, un estilo más bucólico con espacios serenos y llenos de luz. Las paredes suelen ser blancas y texturizadas, a veces se contrasta con los colores llamativos en las ventanas y los muebles suelen ser funcionales y sencillos en madera clara. Esto representa el lugar.

Un tercer eje cartesiano debe ser todo lo que de alguna manera representa ese punto de frescura y actualidad enfocada al público joven. Es importante que no sea demasiado orientado al adulto y quizás la sofisticación deba ser reemplazada por un toque más atrevido.

El toque atrevido La idea principal es obtener un ambiente relajado, astuto y cálido, un poco como una playa pero sin convertirnos en una cabaña de Venice Beach, sin olvidar que estamos en un pasado industrial que es característico del barrio y con toques atrevidos en un sitio de espíritu joven.

Materiales En cuanto a materiales, es tan importante tener en cuenta esta mezcla de estilos como su durabilidad y eficiencia, sin embargo, otro factor que requiere mucha fuerza hoy, y más si el mar aparece en el discurso, es la sostenibilidad. Los acabados de alguna manera tienen que evocar la artesanía y para ello la arcilla
Los mosaicos pueden ser especialmente útiles, es un material de proximidad, de fácil mantenimiento y fácil reemplazable.

Para los materiales compuestos, utilizamos tableros contrachapados de abedul de bosque ecológico, con certificación y sin aditivos. En áreas donde se requiera un mayor aislamiento acústico, como pasillos, utilizamos alfombras de fibra Econyl, hechas de redes de pesca usadas.

Color En cuanto al esquema de color, se puede decir que es una caja neutra de blancos y tonos tierra y reflejos metálicos de hierro. El golpe de color procede de algunas piezas de mobiliario, azulejos, textiles y gráficos aplicados al espacio.»

Proyecto: Zero Hostel.
Diseño de interiores: Vol Dos. Marta Budó y Pepe Bustamante.
Cliente: BlackRock
Ubicación: Barcelona. Barrio de Poblenou.
Realizado: 2021.
Fotografía: Judith Casas.

Marta Budó, diseñadora de interiores y Pepe Bustamante, arquitecto

Volumen Dos

Volumen Dos es un taller creativo con base en Barcelona y Girona fundado en el año 2008 por Marta Budó, diseñadora de interiores y Pepe Bustamante, arquitecto. En el año 2015, Volumen Dos abre una nueva sede en México junto a Arturo Zepeda, diseñador industrial y de interiores. Volumen Dos ofrece soluciones espaciales de distintas categorías y escalas. Volumen Dos está formado por un equipo de arquitectos y diseñadores, donde la profesionalidad y experiencia se complementa con la colaboración interdisciplinar de especialistas en cualquier rama del diseño.

«Nuestra visión ayuda a nuestros clientes a diferenciarse. La flexibilidad nos caracteriza y nos gusta crecer junto a nuestros clientes. Nos encanta nuestra profesión y nos mantenemos actualizados. Reinterpretamos lo que quiere comunicar nuestro cliente basándonos no solo en la estética, nos esforzamos en contar una historia» comentan los fundadores de Volumen Dos.

Desarrollan proyectos en sus tres fases: Concepto, proyecto y producción y gestión.
Arquitectura: Edificios singulares, casas unifamiliares, hoteles y espacio comerciales, equipamientos culturales. Interiorismo: Espacios domésticos, retail, restauración, hoteles, espacios de trabajo y corporativos. Museografía: Exposiciones, Interiores para museos, exposiciones itinerantes. Arquitectura efímera: Stands, eventos, escenografías, sets de publicidad y Diseño industrial: Mobiliario, display, vitrinas e iluminación.

Fuente: Vol Dos