ILUMINACIÓN
Temperatura del color. Luz fría o cálida
La temperatura del color es una medida que define el color de la luz, es decir, lo cálida o fría que ésta puede ser. Esta medida nos ayuda a conseguir mayor comodidad y confort lumínico en cada espacio en función de su funcionalidad.
Es un valor que se mide en Kelvin (K) y determina lo que consideramos luces cálidas y luces frías. Cuando un cuerpo negro se calienta, irradia un tipo de luz diferente en función de la temperatura, creando esa luz cálida o fría que entendemos como temperatura de color. No se trata literalmente de la temperatura de una luminaria, sino de la luz que emitiría un cuerpo negro al calentarse a dicha temperatura.
Podemos distinguir entre tres tipos de temperatura de color:
- Luz Fría (de más de 5000K): es aquella con tonos más azules, da una sensación luminosidad mayor que otras y es la más utilizada para ambientes de trabajo como clínicas.
- Luz neutra (entre 3800K y 4500K): se trata de un tipo de luz muy usada como luz general tanto en tiendas y oficinas como en viviendas. Aporta mayor visibilidad que la luz cálida.
- Luz cálida (entre 2700K y 3500K): esta luz crea ambientes relajados, acogedores y tranquilos, por lo que se utiliza en espacios como dormitorios o salones.
Recomendaciones según los espacios:
- 2700K: luz blanca muy cálida, ideal para dormitorios.
- 3000K: luz blanca cálida, pero no demasiado cálida, ideal para comedores.
- 4000K: luz natural comparable a ésta, la más adecuada para espacios de trabajo como oficinas o clínicas.
- 5000-6500K: luz blanca fría, perfecta para entornos de trabajo de precisión como talleres o laboratorios.

luz fría en Clínica dental

luz cálida en dormitorio